Durante el siglo XIX se dio aquí en Australia una verdadera fiebre del oro, tal y como sucedió en todos los sitios del mundo donde alguien encontró una veta o una pepita de este preciado metal. Se me vienen a la memoria estados Unidos o Sudáfrica, pero aquí también la cosa cobró dimensiones gigantescas y hubo mucha migración de gente, se extendieron los ferrocarriles y nacieron pueblos.
Bueno, supongo que encontrar oro es como ganarse la lotería, ¿no es cierto? Un minuto eres pobre, o al menos no eres rico, y al siguiente te has convertido en un millonario. No es de la noche a la mañana sino de un minuto al otro. Bueno, algo así le sucedió a John Deason y a Richard Oates el 5 de febrero de 1869 en el estado de Victoria. Estos dos hombres eran mineros y ese día encontraron una piedra de oro de 72,04 kilos. La piedra medía 61 cm x 31 cm y pasó a llamarse Welcome Stranger. En realidad, este depósito se convirtió en el depósito mas grande de estas características de todo el mundo.
Los dos mineros limpiaron la piedra sacandole otras ahderencias y después la trasladaron para hacerla tasar pero esos restos pesan 2268 onzas y al día de hoy todavía valen mucho dinero. De aquel descubrimiento solo queda el sitio en un pueblo fastanasma llamadaMoliagul donde se ha eregido un monolito como recordatorio de tamaña suerte. Una réplica de la piedra de oro descansa en el Museo de la Ciudad en Treasury Place, en Melbourne. Ah, y un siglos despues y con un detector de metales en la cercana Wedderburn se encontró otra piedra de 27,2 kg llamada Hands of Faith y valuada en 1 millón de dólares. Lo que queda de él se exhibe… ¡en Las Vegas!
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